101_0152El “lanzamiento” de “Luisito” en Florida terminó al grito de “Cuquito presidente!” en la Agrupación Manuel Oribe. También con críticas en cuanto a si debe o no usar barba.

Luis Alberto Aparicio Alejandro Lacalle Pou (39) remarca en su discurso que “defiende a muerte” el apellido de su padre, pero queda a las claras que no le gusta ser comparado con “el viejo”, el cual, “uno de los pocos consejos que me dio, es que movimiento no significa acción”.

Y una de las diferencia es llegar en hora. “Uno se mide en los tiempos del reloj, cuando sea grande voy a aprender”, afirmó disculpándose por el retraso de más de una hora.

Flanqueado por el intendente Carlos Enciso -atento a cada palabra e incluso escribiéndole unas líneas en un papel- y junto al diputado José Arocena que recordó a la agrupación que “nadie puso una objeción” a la hora de proclamarlo, Lacalle tuvo tribuna atenta a cada palabra que cada tanto arrancaba aplausos electorales.

El legislador dejó claro que Florida fue la que se arriesgó primero y por eso arrancó por este departamento antes de sumar más de 200 localidades a partir del 19 de febrero en una gira nacional.

Entre guiños, sonrisas, y cánticos, Lacalle empezó a aclarar que la precandidatura “no es para chiviar” y adelantó que “esto es medio paso” en medio de un exorcismo “de que acá no hay cracks y esto es un equipo”.

Cada vez más es sobre el pucho la escupida. La plata ya no va en barco a Europa, el mundo cambió, ahora es todo por Facebook, y nosotros entendemos que es rodearse bien, que dime con quien anda y te diré quien eres”.

Con un “nerviosismo que lo convertir+a en proactivo” el precandidato dijo ser consciente del desafío en el que tendrá que saber “hasta donde avanza” en su ignorancia.

El que dice que lo sabe todo es el más ignorante. Y la única forma de ser catedrático en política es caminando, tocando gente, conociéndola, aprendiendo de ellos, de su actividad”, advirtió al señalar que tiene que marcar una estrategia de “querer saber hacia donde vamos con la táctica de ser metódico”.

17 MESES. “Cuquito” insistió con que faltan 17 meses para la elección interna. El legislador lo considera “mucho”. Y recordó que sigue siendo diputado. “Me pagan el sueldo todos los meses por ser diputado y es el sueldo que te pagamos para que hagas cosas hoy”, recordó.

Pero no desaprovechará ningún minuto. “Tenemos que seguir cumpliendo, como diputado y generar una plataforma, de aquí a fines de setiembre que nos vean desde donde pateas un terrón y sale un canario, en 200 localidades nos tienen que dar la mano, establecer 30 ideas a rajar, bien claritas, con 10 equipos”, adelantó al mostrar que si bien la decisión “fue hace dos meses” ya tiene todo armado.

Para “juntar” ideas, dijo, cada equipo tendrá que hacer tres preguntas y obtener insumos para tres medidas tangibles. “Nada de jarabe de palo y pico que termina en nada”.

GUAPOS, ES DECIR, VALIENTES. En lo que tal vez fue su primer yerro de campaña, a Lacalle Pou se le escapó “el guapo” cuando, paradójicamente, comenzó a hablar de unidad.

Nosotros venimos a generar unión. La primera es no hablar mal de nadie y no es porque no seamos más o menos guapos, es decir valientes”, dijo cuando se cruzaron miradas y varias risas cómplices.

Así, anunció que en medio de una sociedad que no necesita más escaladas de agresiones, realizará “una campaña firme, dura”, y hasta con el “coraje” político de “decir que el gobierno ha hecho cosas bien”.

Y allí, para iniciar la firmeza, anunció: “y al que no le guste que no me escuche, porque seguramente ha hecho muchas cosas más mal que bien y en la esencia ha generado alguna lastimadura que afecta el espíritu de nuestro país que es más importante que el sueldo”, sostuvo.

Aunque restan madurarse ideas e iniciativas, el candidato más joven que tendrá esta campaña expuso los primeros cuestionamientos a la marcha del país.

¿Cómo en un país donde los ingresos son históricos una persona entra al supermercado con 500 pesos y sale despavorida porque no le alcanzó para nada? ¿Cómo un país que produce abundante comida tenga la comida más cara del mundo? ¿O cómo puede ser que no se tenga sequía ni grandes desastres, y tenemos a Brasil bajando la energía eléctrica y Uruguay subiendo?

Hoy se gasta en cosas innecesarias y se le apreta el bolsillo a la gente. Esos son los conceptos que tenemos que mejorar”.

Para Lacalle se debe “estar más cerca en la necesidad de la gente que son las cosas que generan alegrías y tristezas”.

De todas maneras enfatizó que no hay inocencia detrás de estas aspiraciones. “Sabemos que no podes ir con una tarjeta de alegría a comprar, pero no somos tonto, pero eso está íntimamente vinculado a la esencia de gobernar, a la transparencia y a la capacidad del gobernante”.

EL SUEÑO DE PRESIDENTE. El tres veces diputado, educado en el  The British School y abogado desde 1998 tras egresar de la  Universidad Católica del Uruguay da señales de su preparación para la actividad política de una posible carrera presidencial: “en política lo dulce se escupe y lo amargo se traga, el poder no se te puede pegar, pelear por un sillón te hace pelearte con la gente, dejar los afectos y olvidarte por quienes llegaste ahí”

Pero, advirtió: “Capaz que en algún momento flaqueamos y ahí voy a agradecer que sean amigos y me lo hagan saber”.

Lacalle Pou dice en este momento “no creer en carreras políticas eternas” donde, agrega, “el romance por conveniencia no es para mi”. “Tiene que durar lo que dure el romance”.

Con Lorena Ponce de León (su esposa) y Luis Alberto, Violeta y Manuel -hijos- como familia, el esposo que a los 40 y poco puede estar en la cúspide del poder ofrece una promesa.

Lo que se, es que las carreras van a ser cada vez más intensas. Cuando usted se acuerden que un 31 de enero hubo un plenario donde se ratificó el apoyo de la lista 62 lo único que puede ofrecer y no es menor, es que nunca se tengan que arrepentir”, exclamó.

Luego, bajo un cerrado aplauso, dio a conocer su sueño: “Yo sueño con el último día de ser presidente de la república, ese es mi sueño. Sacarme la banda presidencial y dársela a un uruguayo o uruguaya que sea mejor que yo, llegar a casa, darle un beso a mis hijos y pararme en cualquier punto del país, caminar 300 metros al este, oeste, norte o sur y no tener que bajarle la mirada a nadie”.