DSC01367«Recordarán que al inicio de la presente administración solicitamos un cargo de director para un técnico bibliotecólogo lo que finalmente por problemas políticos no se concretó”, dijo el jerarca en conferencia de prensa.

“La biblioteca no tiene un bibliotecólogo y esto la excluye del programa nacional de bibliotecas que se creó por ley en 2009, y ese sistema nacional de bibliotecas establecía como condición que las bibliotecas estuvieran a cargo de funcionarios técnicos como Licenciados en bibliotecología”, continuó explicando al anunciar nuevos programas y la reforma del local ubicado en la calle Ursino Barreiro.

En su misma línea, Rafael Cosentino, integrante de la Comisión de Patrimonio, deseó que la próxima administración designe a la figura solicitada por Riva y, se dirigió específicamente al intendente Carlos Enciso para incluya el cargo aunque también al Frente Amplio que no votó el puesto en la Junta Departamental.

“Una acotación al margen, yo no conozco a ningún bibliotecólogo o bibliotecóloga que sea afiliada al Partido Nacional”, dijo con ironía Cosentino.

Pese a la falta de la figura, Riva sostuvo que aplicará las transformaciones de la biblioteca en base a la opinión de técnicos. El primero es el vinculado a la destrucción de libros obsoletos o en mal estado de conservación.

“Esto no se ha hecho nunca y no existen antecedentes y hay un acuerdo entre los intendentes -promovido por un Congreso de bibliotecólogos- sobre la forma en que se procede al descarte de libros. Este protocolo lo estamos siguiendo a los efectos de poder eliminar ejemplares que están obsoletos por muchos motivos, algunos por razones sanitarias ya que cuentan con hongos producto de la humedad y no se pueden poner a disposición del público, otros se descartan porque están repetidos y otros porque son obsoletos por estar escritos en idiomas que no se usan”.

SEA PADRINO. En ese marco anunció el programa “apadrine un libro” ofreciendo la oportunidad a quien lo desee de llevar viejos ejemplares que consideren de utilidad.

Este es el proceso inverso, dijo Riva, con respecto a quienes llevan libros a la biblioteca y “los abandonan en una canastita como los niños que dejan abandonados en la puerta y que se ve en el cine”, al indicar que ahora es la gente la que se los lleva.

DEL MUSEO A LA NOVEL. Con 28.000 ejemplares, catalogada como una biblioteca museo, y con pocas condiciones para serlo, el director de Cultura dijo que el lugar actualmente “no tiene vida, ya que no cuenta con libros que estén prestando servicio a la comunidad”.

“La biblioteca de textos para estudiantes quedó discontinuada hace muchos años y por tanto no cuenta con textos utilizados por los estudiantes, salvo casos especiales.

Lo que teníamos era una biblioteca museo o un depósito de libros y ni siquiera eso ya que para tratarse de un depósito de libros tampoco se daban las condiciones sanitarias adecuadas para la conservación de los mismos”.

El diagnóstico surge de una licenciada enviada por el Sistema Nacional de Bibliotecas que realizó un relevamiento del lugar.

“En base a este pronóstico, poco alentador, la profesional sugirió iniciar un proceso lento de recuperación de lectores y de grupos de lectores a través de un modelo de instalación de una biblioteca de novelas”.

Por ello, ya se realizó la primera compra por 120.000 pesos, de novelas que serán catalogadas para ponerlas a disposición de la comunidad.

Y, además de los libros, se adquirió la tecnología necesaria para inventariarlas y generar el sistema de fichas para el préstamo a los lectores.

“Este es un proceso que estamos iniciando para el cual hemos comprado tecnología, estanterías nuevas, hemos acondicionado espacios, ya que era imprescindible hacerlo debido a las condiciones sanitarias en que se encontraban”, insistió en señalar.

“Todo esto es una tarea que pretende acercar a los lectores fundamentalmente de novelas y entretenimiento (…) porque esto no tienen ninguna otra cobertura ya que los materiales de estudio generalmente se encuentran en las bibliotecas de las escuelas o liceos”.