
“No sé si algún día se va o no, pero mientras esté vivo dormirá en el galpón y dará una vueltita” de vez en cuando, dijo el Presidente José Mujica en alusión a su automóvil Volkswagen «Fusca», por el cual recibió una oferta millonaria de compra. Confesó su amor por ese modelo de vehículo, que se remonta a su juventud, y aseguró que no lo venderá porque ofendería a los amigos que juntaron dinero para obsequiárselo.
“Desde siempre somos amigos de los fuscas. Recuerdo que el primero lo conocimos en la década del 50, cuando éramos muchachos, y nos pareció horrible, pero con el paso de los años, cuando intentábamos cambiar la suerte del mundo en que vivimos, nos enamoramos de ellos”, narró.
“Ahora tenemos dos, uno un poco desvencijado que está guardado en el galpón, que no anda, y otro que usamos desde que soy Presidente. Ese nos lo regaló un puñado de amigos, que hizo una colecta”, informó.
Por eso “nunca podríamos venderlo, pues ofenderíamos a ese puñado de amigos que se juntó para darnos ese regalo”, indicó.
Mujica insistió en que ambos fuscas “vegetarán” en los galpones de su chacra mientras estén vivos él y su esposa, la senadora Lucía Topolansky. “Y luego el porvenir dirá su destino”, añadió.