“A nuestro entender desde el 85 ha sido el mejor intendente. Puedo gritarlo acá, en Cerro Chato, en las Chilcas. Y debe seguir él por el bienestar de todos nosotros. Ha ido a todos los pueblitos, no como otros que decían: que vamos a ir a ese pueblito si tiene 100 personas”.
Germán Lapasta, lista 262, que apoya a Carlos Enciso, en acto político.
Los nenes de papimami. Anidados en las empresas de la flia., o en los amiguismos heredados, o en las cuotas políticas heredadas. Ahora hablan de gentes que ni siquiera saben que existen al bajarse de sus 4 x 4. Como que los conocieran a fondo. Hipócritas. Increíblemente, mucha gente que NUNCA va a gozar de los privilegios venidos de la cuna de estos nenes, los va a votar. La izquierda se desdibujó al perder autoridad en su discurso y dejar de ser creíble para intentar abrir los ojos de los desposeídos. En fin… ¡Cuántos nenes bián en este nido! ¡Se les despertó la tal VOCACIÓN DE SERVICIO! Han sacado flotillas de camioncitos con carteles y parlantes, han abierto comités por doquier, hasta han copiado las técnicas de Obama para vender alfajores. Son unos genios. Ellos no necesitan de los hogares de residentes para poder acceder a la Universidad. Tienen apartamenticos de papi mami. O ni siquiera van a estudiar, sólo tienen que seguir con los negocios de papimami, en el asfaltado microcentro de la capital departamental. Uno de estos muchachuelos está de vuelta en la Florida de papimami. Patinó en la Universidad, no tiene negocio abierto por papimami, el nido no lo quiere mucho porque es capaz de cualquier embarrada en cualquier momento. Ahora anda de constructor (de albañil no) de su propia residencia en pleno centro. En la puerta de la obra no hay cartel de Permiso Municipal. No necesita de la ANV ni del plan JUNTOS. Todo todito le cae del cielo como maná. En sus ratitos libres se aparece por el comité para «salvar al pobrerío de su complicado futuro.» Si el pobrerío le cree… el pobrerío se lo tiene merecido. Todos quieren emular al GRAN NENE DE PAPI MAMI: POMPITA, el que reside en el barrio privado de la Tahona. El pollo frustrado del Ave Encía. El que no votó, pero sí votó, la ley de 8 hs. para los trabajadores rurales.
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