Seguirá bajo tutela de Inau para cumplir la condena.
Además, según la LUC, se mantendrán los antecedentes.
Según explicó la fiscal Dra. Daniella Revello al culminar la audiencia, el menor vivió situaciones harto complejas que llevaron a cometer el delito.
Así, la Justicia dictó sentencia en el caso del adolescente de 13 años acusado de parricidio, ocurrido en octubre de 2024. La fiscal del caso, Dra. Daniela Revello, informó que el tribunal acogió la solicitud de condena con una reducción en la pena, considerando el contexto crítico en el que creció el menor.
El fallo determinó una medida socioeducativa privativa de la libertad por un período máximo de cuatro años, con el objetivo de brindar al adolescente la posibilidad de rehabilitarse y asumir la responsabilidad de sus actos. La sentencia también tomó en cuenta la compleja situación familiar del joven, marcada por un entorno extremadamente violento y delictivo. En este contexto, su propio padre, quien falleció en el incidente, ejercía violencia recurrente contra él.
Según los informes sociales presentados en la causa, el adolescente fue criado en un ambiente de negligencia, lo que influyó en su conducta y en el trágico desenlace. El detonante del homicidio habría sido un episodio de violencia extrema por parte del padre, quien, de acuerdo con la investigación, habría amenazado y agredido físicamente al menor, incluso gatillando un arma varias veces sin éxito y expresando su intención de causarle daño físico.
Durante la audiencia, la fiscal destacó que el adolescente se mostró sereno y consciente del proceso judicial, aunque afectado emocionalmente por la sentencia. Su claridad en la expresión y pensamiento fueron resaltadas, así como el acompañamiento brindado por su abogada defensora.
El cumplimiento de la condena se llevará a cabo bajo la tutela del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) y en el Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (INISA). En este marco, se espera que su madre pueda mantener contacto con él y asuma mayores responsabilidades en su rol parental, un factor clave para su desarrollo y reinserción social.
El caso pone en evidencia la importancia del contexto familiar en la formación de los jóvenes y la necesidad de fortalecer los sistemas de protección para evitar que niños y adolescentes sean víctimas o protagonistas de hechos de violencia extrema.