En un departamento que suele destacar por sus picos climáticos en todas las estaciones, el Jefe de la estación de Inumet en Florida, Luis Martínez, destacó que desde hace un buen tiempo se cuenta con la particularidad de contar con dos estaciones meteorológicas, una convencional y una automática.

La diferencia entre ambas no es menor. La estación convencional, dotada de personal, permite realizar observaciones con un ojo entrenado, capaz de detectar fenómenos que los sensores no registran. Así, tormentas eléctricas, granizo, tipo y altura de nubes son mejor interpretados por el ojo humano, aportando una precisión invaluable a los datos. Las observaciones en este tipo de estación se realizan cada hora, aportando regularidad y confiabilidad al monitoreo.

Por otro lado, la estación automática, gestionada por soluciones tecnológicas, tiene la virtud de generar información cada 10 minutos. Su fortaleza radica en la frecuencia y volumen de datos, lo que permite una visión casi en tiempo real de variables como temperatura, presión atmosférica, humedad relativa, dirección e intensidad del viento y precipitación.

“Ambas estaciones se complementan”, explicó el jefe local de Inumet, destacando la sinergia entre tecnología y observación humana. Esa combinación resulta esencial no solo para la confección de pronósticos del tiempo, sino también para sectores clave de la economía, como la agricultura, la ganadería y las energías renovables.

Florida, así, es una vez más una pieza estratégica en el mapa meteorológico nacional. En tiempos de cambio climático e incertidumbre atmosférica, contar con datos confiables, variados y en alta frecuencia no es solo una ventaja: es una necesidad. Y en eso, una vez más, Florida está bajo atenta observación, según destacó Martínez.