Por Emilio Martínez Muracciole

106B4340Intereses, desconfianzas lógicas, molestias razonables, tensiones ideológicas, rigidez negociadora, carencias estratégicas y medios alineados quedaron expuestos tras el sismo del hotel.

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Ya con el apoyo de todas las bancadas, el proyecto del complejo turístico en el Vivero tiene luz verde. Ahora, parece, dejaremos de ser Santa Marta. Nos falta ahora dejar de tener actitudes de aldea, razonamientos de aldea y, por sobre todo, mecanismos y medios de información aldeanos.

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Políticamente hubo un sismo el día que el FA no dio sus votos en la Junta Departamental. Como todo sismo, evidenció las carencias y fortalezas de las diferentes estructuras, así como cimientos de los que nadie dudaba su existencia; pero otra cosa es verlos ahí, expuestos. Y quizás ese sismo hasta haya dejado dibujado un paisaje con modificaciones.

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Carlos Enciso quedó molesto con el Frente Amplio y su negativa; y tiene motivos. Daniel Ayala no ocultó su angustia, que también tiene un porqué sensato, fundamentalmente al ver los niveles de tosquedad y en ocasiones extrema rigidez de buena parte del núcleo dirigencial frenteamplista. Por su parte la mayoría de Mesa Política del Frente Amplio se opuso a donar un predio público a una empresa privada tal como estaban planteadas las cosas. ¿También tiene motivos?

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LA PREHISTORIA. En mayo del año pasado la Intendencia de Florida hizo un llamado a expresiones de interés para construir un complejo turístico en las cercanías del Parque Robaina, más bien a la altura del kilómetro 96 de ruta 5, en el Vivero. Pidió que opere como hotel, que tenga un centro de reuniones y congresos que pueda ser utilizado por la comuna; así como salón de fiestas, “complejo gastronómico – restaurante” y spa con piscina cubierta. También adelantaba el llamado que el mínimo sería de 36 habitaciones.

Nada de esto hay en Florida ciudad; ni cerca (en todo sentido). Al llamado sólo se presentó Patagonia Realty Advisors.

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Florida tiene problemas de capacidad hotelera. Responde en parte a la propia demanda, pero en ocasiones la capacidad se colma. Aseguran que la ciudad se pierde de eventos, y que más cosas podrían ocurrir en la tenue y fatua si un hotel de esas características existiera. Pongamos que sí.

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PRIMER CAPÍTULO. En mayo de 2013 el intendente Carlos Enciso mandó a la Junta Departamental la solicitud de anuencia a la Junta para la ‘donación modal’ del predio. Para que la donación, en caso de aprobarse, no caiga, el grupo inversor tendría que comenzar la obra antes de cumplirse un año de la escrituración, y estar operando el hotel como tal antes de los tres años. El destino de la construcción y explotación no podría modificarse sin previo aviso de la comuna, y de interrumpirse la prestación de servicios originalmente pactados (sea por “quiebra, concordato, moratoria, clausura de cuentas bancarias de la sociedad comercial, clausura del establecimiento por los organismos competentes, etcétera”) el inmueble volvería “al dominio municipal de pleno derecho”, según establecía el texto enviado al deliberativo departamental. Además la Intendencia exigía el derecho a uso de las instalaciones para “congresos y eventos” así como precios especiales de habitaciones; puntualizaba que quedaría “a cargo de la empresa el mantenimiento y vigilancia del entorno y área circundante del Parque Robaina y la construcción de un local destinado a información y promoción turística del departamento”.

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Y llegó el Frente Amplio y mandó a parar. El proyecto necesita 21 votos, y el Partido Nacional cuenta con 16 escaños. El Partido Colorado sumaría sus tres votos. Faltaban dos. Enciso salió a negociar, y el FA empezó a incluir cambios y exigencias. En algunos casos no tuvo suerte; por ejemplo en que no sea una “donación” sino un comodato. Otras variantes y agregados sí fueron aceptados.

Aunque no hace al caso, cabe apuntar que esto más tarde generó la molestia de ediles blancos que le pasaron factura al intendente de no haber negociado nunca con ellos sobre lo que diría y no diría el proyecto, y también de curules colorados molestos porque el Ejecutivo departamental seleccionó con quiénes hablar definiendo por sí mismo aparentes autoridades locales de esa fuerza política.

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SEGUNDO CAPÍTULO.  En agosto, el 13, fue expedido el segundo proyecto, tras las negociaciones de Enciso con el FA, que incluyeron también al grupo inversor (el que en definitiva dice si así sigue o no; si le conviene o no).

Hubo modificaciones y agregados:

que para variar el destino de construcción o explotación tendrá que tener el consentimiento de la intendencia pero también de la Junta Departamental (mayoría especial de 2/3).

“establecer el compromiso de la empresa en no perjudicar el medioambiente y en particular a dotar de un sistema de saneamiento que no contamine el entorno y preserve la calidad de las aguas de los cauces próximos”.

“en lo concerniente al ingreso y a las formas de selección del personal no calificado para la etapa de la obra”, establecer “el compromiso de la empresa de utilizar el mecanismo previsto por la ley Nº. 18.516”, que regula “la distribución de peones prácticos y obreros no especializados en obras efectuadas por el Estado, los gobiernos departamentales y los servicios descentralizados”.

“establecer el compromiso de la empresa que ante el ingreso de personal técnico y no técnico, éste sea oriundo o residente del Departamento de Florida y la selección se realice mediante procedimientos transparentes y previo llamado público”.

establecer el compromiso de la empresa a realizar convenios con UTU, UTEC, TNEPOP u otras instituciones capacitadoras para la inserción laboral y la realización de cursos o pasantías en Hotelería, Gastronomía, Administración de Empresas, Guías, Turísticos, etcétera.

Y se añadieron contraprestaciones aparte de la utilización de las instalaciones, de la vigilancia del parque, y de bonificación en la utilización de las plazas de hotel cuando haya actividades de la intendencia o de interés departamental.

“establecer donaciones a cargo de la empresa para instituciones por un monto equivalente a U$S 140.000 en Unidades Indexadas, a saber: U$S 100.000 en Unidades Indexadas al «Centro Dr. Jacobo Zibil»; U$S 20.000 en Unidades Indexadas al «Centro Puertas Abiertas»; U$S 20.000 en Unidades Indexadas a «Recrear» (Asociación de Padres de Niños Autistas)”; y “establecer una donación a cargo de la empresa a la comunidad de Florida de U$S 60.000 en Unidades Indexadas para la construcción de un Espacio recreativo-deportivo, cancha de arena multiuso en espacio municipal próximo al complejo hotelero, cuyas medidas permitan desarrollar diferentes deportes de arena (fútbol, handball, vóley, rugby, etc)”.

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RETIRADA. Pero un día antes de votarse, Enciso sacó el proyecto de la Junta y lo devolvió horas más tarde con ‘retoques’.

TERCER CAPÍTULO. Acerca de la ley 18.516, la redacción pasó a decir que la empresa “preferentemente utilizará el mecanismo previsto” por ésta para “el ingreso y las formas de selección del personal no calificado para la etapa de la obra”. El mismo “preferentemente” apareció en el caso del personal técnico, en cuanto a que sea oriundo o residente en el departamento, y aquello de los procedimientos “trasparentes y previo llamado público”.

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EL SISMO. Esos retoques, a los que se sumaron ciertas incertidumbres acerca de si el pago a las instituciones locales sería en dinero o en materiales, terminaron replanteando la discusión en el seno del Frente Amplio. La Mesa Política mandató a los ediles a no votar el proyecto tal como había quedado, y ello ocurrió, generando una crisis interna con la pública discordancia del propio presidente Ayala, que venía sufriendo los desgastes de la negociación; y la renuncia de Guillermo Dati a la coordinación de bancada de ediles frenteamplistas en la Junta Departamental. Ayala anunció que adelantaría una licencia que tenía prevista para mediados de setiembre.

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Fue áspera y hasta agresiva, violenta, la sesión de la Junta Departamental. Curules que calificaban a otros de “ineptos” e “incapaces” en algunas de las intervenciones, pero también hubo de las otras, de las razones argumentales más calibradas para un lado y otro. Estas últimas tenían más sentido, y llegaron principalmente desde el Partido Colorado, a través de Javier Fernández. Parecía tener claro que no se trataba de una diferencia insalvable ni de una situación irreversible, y que en sí hubo, en la negociación, acercamientos. Pareció ser el único edil que entendía que el caso allí no se iba a cerrar.

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¿Qué tan trascendentes eran los retoques? Para el Frente Amplio parecieron ser lo suficientemente importantes; tanto como para exponerse al grado que lo hizo.

El “preferentemente” exime de obligación y hace que la aplicación o no se torne difusa. ¿Qué es lo que establece la ley 18.516? Indica que en obras efectuadas por el Estado, los gobiernos departamentales y los servicios descentralizados, la distribución de peones prácticos y obreros no especializados se realice “mediante sorteo público por la Oficina Departamental de Trabajo en conjunto con la Comisión integrada” por “un representante de la organización empresarial más representativa de la localidad, un representante de la organización más representativa de los trabajadores de la localidad y un funcionario representante de la Oficina Departamental de Trabajo”.

Pero la ley está prevista expresamente para las obras “efectuadas por el Estado, los gobiernos departamentales y los servicios descentralizados y las personas públicas no estatales, o por empresas contratadas o subcontratadas por éstos”; o a lo sumo “será aplicable también en cada obra o parte de ella efectuada por los Gobiernos Departamentales y los entes autónomos, cuando las mismas se ejecuten por empresas privadas contratadas o subcontratadas por éstos”.

En sí parece ser que, aunque el predio hoy en día sea público, es difuso que la empresa pueda ser obligada por la Junta a cumplir estrictamente con la ley.

Hay incluso un especial énfasis del Frente Amplio en que los contratados sean oriundos o residentes en el departamento,, pero sin embargo el artículo 6° de la ley señala: “se abrirán registros de aspirantes al trabajo por categoría, en el que podrán inscribirse quienes acrediten vecindad en un radio de hasta 100 kilómetros de la zona en el que se realizarán las obras en forma independiente de las fronteras departamentales”.

Aún cumpliéndose la ley, puede haber alguna contradicción entre lo que se plantea y lo que ésta establece.

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TEMORES RAZONABLES. Es obvio. El Frente Amplio temía fundamentalmente dos cosas; que el predio sea donado sin más peros, y que la eventual etapa de obra, en caso de concretarse la instalación, sea utilizada para hacer funcionar la maquinita de colocaciones clientelares. “Creemos que todos tiene derecho al trabajo sin necesidad de pasar por algún lugar a pedir una tarjetita de recomendación”, escribió en una carta pública el edil Daniel De León (AP-738-FA).

Después de ver no sólo el antecedente de esta administración (la gestión 2000-2005) en el que no hubo concursos ni sorteos para ingresar a la Intendencia, y ante el panorama actual en el que la práctica de “designación directa” por elección política en cargos que no son de confianza se hace incluso hasta con una norma presupuestal que le da luz verde, es lógico que el FA tema lo mismo para la construcción del hotel. En todo caso hay que agachar la cabeza y admitir que no se le puede exigir a la empresa cómo contratar su personal, y confiar que ésta, que por razones de costos apunta a la eficiencia, vaya captando los trabajadores que considere más capacitados y adecuados, y no acepte la “tarjetita” o el listado que, a modo de ‘bolsa de trabajo’, puedan armarle en la secretaría del intendente. Sería muy difícil establecer que la contratación sea así; de hecho el FA no puede controlar que esto mismo deje de ocurrir con las ONGs que contrata la comuna.

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El FA parece temer además que el predio sea “entregado” y dado por perdido, lo que también tiene sentido atento a cómo se manejaron anteriores proyectos, por ejemplo el del laboratorio Veinfar que nunca se instaló en el Prado Español.

Es decir: aunque no en la empresa, razones para desconfiar hay de sobras.

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Razones de peso, todos tienen.

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FLORIDA ‘NECESITA’ EL HOTEL, NO EL HOTEL A FLORIDA. En Florida no hay hotel, y parece que hace falta uno de estas características. Por la propia demanda y la realidad vernácula, a ninguna empresa se le ha ocurrido invertir en estas latitudes. Según surge del “llamado a expresiones de interés”, es la Intendencia de Florida la que pretende que se instale un complejo turístico y por eso hace un llamado, y no en el sentido inverso, en el que un grupo inversor entiende que le es redituable construir y explotar un hotel en Florida, y por ende sale a buscar un predio para comprar o que se lo “faciliten”. Siguiendo la ruta trazada por lo recorrido en los papeles hasta el momento, da la sensación de que ha sido así. Parece claro que, tal este escenario, ninguna empresa llegará por propia voluntad y comprará un predio para construir y explotar un emprendimiento de características como las propuestas. Si Florida quiere que llegue, pues eso tiene un costo.

En este caso, el ceder en forma prácticamente gratuita el terreno, es el costo que, parece, hay que pagar.

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Pero además de eso, estos asuntos en el FA tramitan aspectos ideológicos que no dejan de ser debates inconclusos con anclaje en los clásicos de la izquierda.

Para la tradición cultural izquierdista, la de raíz marxista, para sus valores históricos, el donar un predio estatal, algo público para una empresa privada, es un sapo difícil de tragar.

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Si bien el Frente Amplio se ubica en la izquierda uruguaya por razones culturales y espaciales, y si bien en su interna tiene sectores de innegable matriz izquierdista, su propia conformación ya en 1971 no fue ni por asomo enteramente de sectores de perfil marxista (había batllistas, nacionalistas, demócrata cristianos, entre otros). En su proceso de crecimiento electoral, el FA fue corriéndose cada vez más hacia el centro (cabe leer la tesis doctoral de Jaime Yaffé, “Al centro y adentro”). Su núcleo, pero también su programa y su discurso, ya no es tan hegemónico, ni tan ‘tradicionalmente’ de izquierda.

Por ejemplo el edil Guillermo Dati proviene de lo que históricamente la militancia del FA consideró parte de la derecha. ¿Es pecado que, estando en el FA, pueda tener más acercamiento a líneas de razonamiento no tradicionales de la izquierda clásica? No; no es pecado, es parte de la actual naturaleza. Es la realidad del FA a nivel nacional; es el nuevo FA. Es lógico, por ende, que se den estas tensiones en el seno del FA. En todo caso su problema es cómo las resuelve.

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CUARTO CAPÍTULO.  Aceptar las condiciones del FA (en cuya Mesa Política participó Dati, así como el presidente Daniel Ayala), sumar una del Partido Colorado y otra de la bancada nacionalista, terminan siendo la llave de la aprobación. Variantes mínimas con respecto al tercer capítulo.

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EXCLUSIÓN. Pensar que Florida dará “un paso al Desarrollo” y dejará de ser “una aldea” por tener un hotel ‘casi cinco estrellas’, se me ocurre un razonamiento atribuible a determinados tipos de exclusión. Suena similar al excluido social que a mediados de la década pasada, sin necesidades básicas satisfechas y acusando problemas de alimentación, recibía una transferencia y decidía comprar un celular. Muy posiblemente, inconscientemente, sentía encontrar en ello el camino de inclusión, de ‘ser parte de’, o más doloroso aún: de ‘ser’.

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Las principales conclusiones después de todos estos episodios, se me ocurren tienen que ver con un puñado de aspectos fundamentales.

Enciso se las ingenió para conseguir el interés de una empresa en construir un hotel para el que las empresas no parecen tener interés, pero sí lo tiene en apariencia Florida. Bienvenido.

El FA sigue empantanado en una serie de diferencias internas que van más allá de lo que pueda concebirse como ‘pajarofóbicos’ vs ‘no pajarofóbicos’. Tiene no sólo diferentes frentes ideológicos enfrentados, sino una seria dificultad para establecer una estrategia sólida, y en la medida que el tiempo pasa y se acercan las elecciones, nota que las pocas posibilidades que tenía de acceder nuevamente a la intendencia se reducen a pasos agigantados.

El sistema de medios de Enciso funciona muy bien. Logró que la lectura “oposición a la inversión” fuese recogida y reproducida tal como si se tratase de dirigentes o funcionarios de su colectividad (excluyo del supuesto a El Heraldo, que está hecho por dirigentes del Partido Nacional y funcionarios de confianza de Enciso). A colegas montevideanos les he tenido que mostrar la fotografía de la portada, porque no creían que pudiese ser ‘tan así’. Por lo visto, todo eso y mucho más.

Tan bien aceitado está el sistema de Enciso, que ha contratado publicidad y empresas para estar presente en medios nacionales, que por ejemplo El País y Últimas Noticias cubrieron la sesión de la Junta apenas concluida ésta, y compartieron la lectura del Partido Nacional: “oposición a la inversión”, aún cuando el FA sostenía que no era así.

El FA local tiene dificultades para entender que está atrás en muchos aspectos; que a quien se opone controla la agenda y la opinión pública a través de los medios de mayor llegada, y que ha conseguido una visión hegemónica sobre algunos asuntos que se encarga de presentar como neurálgicos a la existencia del departamento. No tomar en cuenta que la cancha está embarrada y entrar a jugar a ella con championes ‘sin agarradera’, es estar condenado a resbalar todo el tiempo, hacer el ridículo, exponerse a lesiones y, por sobre todo, olvidarse de la posibilidad de cualquier triunfo.