Una red de explotación sexual de adolescentes que operaba en un bar nocturno de la zona oeste de la ciudad de Florida fue desbaratada tras una minuciosa investigación que terminó con cuatro personas procesadas por la Justicia. Una de ellas tiene un vínculo familiar con una de las adolescentes; de acuerdo a lo que surge de la investigación, actuaba como proxeneta. 

El procedimiento realizado por personal de la Dirección de Investigaciones, con el apoyo de autoridades del INAU, y vecinos de la zona, terminó por allanar el bar, donde fueron intervenidos adolescentes y personas mayores. Todos fueron derivados a la Justicia.

El jefe de Policía de Florida, José Enrique Chavat, explicó que la investigación se inició «en el mes de octubre del año pasado. Existió un fuerte apoyo de los vecinos de Floridablanca, que primero plantearon la inquietud. Esa inquietud después la trasladamos al Inau y al personal de Investigaciones». Si bien hubo intervenciones previas, las adolescentes que eran explotadas eran retiradas a tiempo, lo que complicaba la actuación policial. Un allanamiento realizado en las últimas horas permitió terminar de confirmar el escenario sobre el que se trabajaba gracias a otras pruebas, como por ejemplo escuchas telefónicas.

Allí, surgieron los procesamientos sin prisión de la persona identificada como L. S. (45)  como autora penalmente responsable de un delito de omisión de los deberes inherentes a la patria potestad. Se le dispuso además como medida  sustitutiva a la prisión preventiva, la presentación ante la autoridad Policial de su domicilio, una vez a la semana durante 90 días.

O. A. (33), en tanto, fue procesada con prisión como autora de un delito de proxenetismo, mientras que un hombre identificado como E.G.  fue procesado con prisión como autor del delito retribución o promesa de retribución a personas menores o incapaces para que ejecuten actos sexuales. El cuarto procesado es  Luis Moreira, poseedor de antecedentes penales por casos similares, también con prisión como autor del delito de “promesas de retribución a personas menores de edad, o incapaces para que ejecuten actos sexuales y contribución a la explotación sexual de personas menores o incapaces”, pasando a alojarse al Centro de Reclusión Departamental.
Chavat contó que son investigadas otras paersonas «a las que se debe comprobar si sabían que estas muchachas eran menores. Había tres menores de edad de 16 años y algunas damas mayores de edad, en un lugar que además que no estaba autorizado».
«Estamos trabajando en otros boliches donde la investigación demora. Muchos de estos tendrán que poner las barbas en remojo», comentó Chavat.