Este 1 de octubre se apagó la vida de Juan Carlos De Lima del Castillo, uno de los futbolistas más destacados que ha dado Florida y que supo brillar en escenarios nacionales e internacionales.
Nacido el 2 de mayo de 1962 en el barrio Prado Español, De Lima inició su camino futbolístico en el San Miguel Baby Fútbol. Muy pronto su talento lo llevó a la liga mayor, defendiendo a clubes como Mundial y España, donde comenzó a consolidar sus condiciones de delantero potente y goleador.
De Florida al mundo
Su carrera profesional lo llevó a Montevideo, con pasos por Liverpool, donde fue dirigido por Roberto Fleitas. Sin embargo, su consagración llegaría en el exterior. En Ecuador, vistiendo la camiseta del Deportivo Quito, fue goleador de la Copa Libertadores 1986, anotando incluso en el mítico Maracaná. Luego pasó al Emelec, club con el que conquistó el campeonato ecuatoriano, y posteriormente defendió al Botafogo de Brasil y a la Universidad de Chile.
Campeón de América y del Mundo
De regreso en Uruguay, alcanzó sus mayores logros con los grandes del fútbol local. En Nacional fue parte del plantel campeón de la Copa Libertadores y la Intercontinental en 1988, conquistando el mundo con los tricolores. Más adelante, defendiendo la aurinegra de Peñarol, integró el histórico Quinquenio de Oro de los años 90, marcando goles decisivos en clásicos inolvidables.
Un crack dentro y fuera de la cancha
Más allá de los títulos y los goles, Juan Carlos De Lima se ganó el reconocimiento de su gente por su humildad y sencillez. Tras retirarse, se reintegró a la vida cotidiana de Florida, siempre cercano a su comunidad y sin ostentaciones pese a su exitosa carrera deportiva.
Un homenaje en el Campeones Olímpicos
Con su partida, el fútbol uruguayo despide a un delantero de época. En Florida, a impulso de la edil Silvana Goñi y con la aprobación de la intendencia una de las tribunas del Estadio Campeones Olímpicos lleva su nombre, como tributo a su trayectoria y a la huella imborrable que dejó en la historia del deporte.