Vecinos de la localidad de Nico Pérez mostraron su queja en las últimas horas debido al mal estado de las calles en el lugar y hasta el puente que une la localidad con su vecina Batlle y Ordóñez en donde hay un agujero.

«El estado de las calles es calamitoso, desde hace muchos años nadie se preocupa por esta parte del departamento.

El puente que divide con Batlle está con un agujero y nadie da importancia y pasan muchos camiones. Esto es tierra de nadie», dijo Pablo Mercadal, vecino de la localidad en contacto con FloridAdiariO.

Mercadal explicó que el lugar «ha sido olvidado».

«Ninguna de las intendencia da importancia, ni Florida ni Lavalleja», a donde corresponden las jurisdicciones de los centros poblados.

El vecino explicó que hace un año «hicieron un remiendo en el puente pero se volvió a romper.

«Ahora se ve hacia abajo otra vez»

En cuanto a reclamos a las autoridades, Mercadal afirma que la gente se cansó.

«Este es el pueblo más olvidado de la intendencia pero de muchos años. Acá han pasado administraciones coloradas, blancas y del Frente Amplio y es lo mismo», contó.

 

LEJOS. Nico Pérez está a 150 kilómetros de la ciudad de Florida, en un pueblo de 1000 habitantes, en el límite con Lavalleja y «compartiendo» geografía con Batlle y Ordóñez, otro pueblo, separado por un puente y con más de 2000 habitantes.

En el lugar funciona un Centro de Atención Ciudadana (CAC) en donde desde el 2009 hay accesos a muchos trámites que antes no existían para la gente.

Una escuela con 120 niños, una comisaría con 3

efectivos policiales, una de las estaciones ferroviarias más grandes y más antiguas del país, prácticamente abandonada y con sólo el pasaje de trenes de carga, dos «barrios» MEVIR, un salón comunal, la policlínica, una organización de vecinos y una iglesia.

No hay mucho más. Dos o más horas, dependiendo de la empresa de ómnibus que llegue hasta Florida se demora en llegar al lugar.

 

NICO PÉREZ DESAPARECIÓ DEL MAPA

El día de la inauguración del CAC, Sergio Alba, un empleado de 46 años, que trabaja en el pueblo vecino, se quejó a los periodistas

presentes sobre la desaparición del mapa del Uruguay, de la localidad Nico Pérez.

«Fui a la estación de la Ancap a comprar el mapa y me dijeron que esperara, que iba a llegar uno más actualizado. Entonces esperé. Y uno, cuando agarra un mapa, lo primero que busca es su ciudad y da la casualidad que en el nuevo –dijo mostrando ambos– no estamos, desaparecimos».

Pese a la «desaparición», Emanuel Cabrera, un niño de 12 años, que concurre a la escuela Wilson Ferreira Aldunate, dijo que a su «pueblo tranquilo» le hace falta un cine y un lugar para bailar.

«Por las tardes vamos a la plaza de deportes donde están las hamacas y la cancha de fútbol. Las calles son anchas y hay sólo dos de bitumen, nos gustaría tener más juegos en la plaza.

Igual así mi pueblo es el más lindo», dijo entonces.

 

RIELES DE 117 AÑOS

El rechinar de vagones, rieles viejos y durmientes de lapacho, se

escucha cada tanto en una estación que está instalada en un nodo del ferrocarril uruguayo desde el 1º de setiembre de 1891.

«Acá cuando murió el tren, murió todo. La vida era otra antes»,

concluyó Alba.