Mientras que hoy se realiza un homenaje en Florida, familiares, autoridades y movimientos, procurán destacar la figura de Julio Castro. Tras hallarse y confirmarse que los restos aparecidos en el Batallón 14 correspondían al maestro floridense, la hija del docente oriundo de La Cruz sostuvo que la intención familiar es la inhumación de los restos “en su lugar de origen”.

La información fue dada a conocer en el matutino La República. Allí, la doctora Hebe Castro, hija del floridense nacido el 13 de noviembre de 1908 en La Cruz -13 kilómetros al norte de Florida – afirmó la intención de la familia.

Una ceremonia de caracter particular es toda la actividad confirmada hasta el momento. En las últimas horas, al ser consultado por la prensa, el intendente Carlos Enciso dijo ponerse a la orden de los familiares, en caso de realizarse una actividad de traslados e inhumación a Florida.

“Me pongo a la orden para lo que sea con discreción y con el mejor manejo posible, para ayudar a cerrar una etapa y para darle digna y acogida sepultura a un hombre de La Cruz y a un floridense destacado como fue Julio Castro”, dijo el intendente Enciso.

“Esperemos que en algún aspecto sirva nuestra colaboración, pero no he tenido ningún planteo y por este medio me pongo a la orden”.

La voluntad de la familia fue calificada por Enciso como positiva y describió que de alguna manera “genera la identidad de una familia floridense y que vuelve en algún sentido a sus raíces”.

Castro, siempre según Enciso, “fue de esos hombres interesantes que generó puentes. Hombre de Quijano, principal redactor de Marcha, fue quien llevó a Wilson Ferreira como crítico de cine en la década del 40 y fundador del Frente Amplio, cosa que tuvo su importancia para él y todo su grupo en el momento. Es una de esas personalidades en donde estuvo su buena impronta y bueno, es interesante poder ayudar a que se reencuentre con su departamento de origen”.

CON TÚNICA. Hoy, Día Internacional de los Derechos Humanos, desde las 19 y 30 hs. frente al local de Ademu en 18 de Julio casi Calleros se realizará una concentración para luego marchar hasta la placa recordatoria a los desaparecidos floridenses, frente al prado.

Los colectivos de Ademu-Florida y Grupo de apoyo de Florida a Familiares de Detenidos- Desaparecidos, invitaron a concurrir con una flor y los docentes que así lo deseen, con túnica..

CARTAS. En esta semana, los mismos grupos difundieron algunas cartas de Castro que reproducimos a continuación:

Bienvenido compañero

“Allí, en Caraguatá, el pobrerío no se lava. No vimos un solo pedazo de jabón, ni palangana que hubiera sido usada.

La mugre, la suciedad más inverosímil impera en toda su plenitud, especialmente entre los niños.

La ropa que éstos usaban – que por otra parte eran sólo andrajos – no había sido

lavada ni remendada nunca.

Y si uno preguntaba por todo esto, invariablemente obtenía estas respuestas:

No tenemos hilo; no tenemos jabón; no tenemos agua; no tenemos frazadas; no tenemos…

Los misioneros se encontraron frente a una realidad que se expresaba por sí sola

con irrebatible elocuencia. Aprendieron allí de golpe, brutal pero eficazmente, las

contradicciones de nuestro mundo económico. Entre vacas, y sin carne ni leche; entre

ovejas y muriendo de frío; en el campo y sin agua. Con la escuela próxima y no

pudiendo ir a ella por falta de ropa”

“Cómo viven ‘los de abajo’ en los países de América Latina“

El trabajo, la producción, la vida económica de Bolivia descansan sobre las espaldas

encorvadas del indio (…). La insalubridad de las minas, la naturaleza del trabajo, la

mala alimentación y la altura hacen que la vida media útil de un obrero se estime en

ocho a diez años (…). Sin embargo, algunas cosas hacen pensar que si algún día ese

país se orientase hacia una política de recuperación de la sociedad indígena, podrían

lograrse algunas conquistas positivas. Por ejemplo: los indios quieren escuelas ..”

“Visité muchas comunidades agrarias. Se gobiernan a sí mismas por una

asamblea donde tienen voz y voto todos los integrantes de la comunidad (…). Es un

modo de vida campesina que nosotros no conocemos ni entendemos. Aquí somos

individualistas y todo está regido por la propiedad privada. Allá no. Allá la propietaria

es la comunidad, es decir, el núcleo de jefes de familia que integran el pequeño grupo

social que vive en un predio determinado. Y este modo de entender la propiedad da

características especiales al modo de vida de las gentes (…).

En México no se hace una escuela sin el aporte popular. La gente da lo que

tiene: trabajo, dinero, materiales, etc. Lo importante es que aporte algo. Con eso la obra

sale más barata y el campesino la siente suya porque le costó esfuerzo. 1966

CARTAS DE LA HORA MÁS CRÍTICA

Carta de Julio Castro a Miguel Soler, desde Montevideo a París,

de fecha 25 de febrero de 1975.

“Lo demás igual. La agonía de los países es larga. Pero nada anuncia, aún, un

renacer.

Yo sigo mejorando, sin mucho apuro, pero sin retroceso (…). Espero que para

mediados de año todo sea un lejano recuerdo.

Quisiera saber de tu trabajo. A mí me quedó en los huesos la alfabetización y sus

problemas. Por eso te pido que me mandes el material de difusión que preparen ustedes.

El correo, la enfermedad y la censura nos aislaron del resto del mundo (…).

En Venezuela, Colombia y México habrás encontrado amigos comunes. Prada

en primer término. La última vez que estuvimos juntos los tres fue en el Cilindro, y en

una hora triste. Espero que otra vez sea para estar contentos (…).

La migración sigue. Ya no quedan familias completas. Canadá, Australia y

Venezuela son los preferidos. Los uruguayos, según parece, se cotizan bien fuera de

fronteras. En la Argentina hay más de un millón (…).

Pero el clima nacional es de angustia, tristeza e incertidumbre. Y eso se respira

y, como el aire, entra en el cuerpo. MARCHA clausurada y nosotros prácticamente

imposibilitados para cumplir lo que, durante toda nuestra vida, tomamos como misión”.

Carta de Julio Castro a Miguel Soler, desde Montevideo a París, de fecha 25 de marzo de 1976. (Carta no firmada).

“Por aquí todo peor (…).

Nosotros bien. Queriendo ser útiles en esta debacle. Poco podemos hacer.

Porque para una mayoría todo se reduce a la lucha por el pan. No podemos, siquiera,

organizar un grupo de ayuda, ni reunirnos algunos para ver qué se puede hacer. Hay

colegas que no tienen qué comer. Hay otros que se quedan sin casa. Los más quieren

irse, pero no saben a dónde ni a qué. Todo ocurrió el primer día de clase. La gente fue a

trabajar, terminadas las vacaciones y se encontraron, de golpe, expulsados de sus

escuelas (…).

En fin, ya ven en qué mundo vivimos. Perdonen que les escriba así. Pero es

nuestro deber informar. Ya que otra cosa no se puede hacer, que se sepa por lo menos

en qué mundo estamos. Nosotros personalmente bien. No sabemos hasta cuándo, pero

andamos bien”.

Carta de Julio Castro a Miguel Soler, desde Montevideo a París,

de fecha 13 de enero de 1977 (firmada con una J mayúscula).

“Aquí las cosas siguen igual, con signos de descomposición y el correspondiente

tufo. Pero va todavía para largo. No hay, no habrá salida por tiempo. Y en este país de

la vaselina, todo terminará en un proceso de lubricación (…). Más no se puede pedir.

Porque, simplemente, más no habrá. La gente se va o la van. Ustedes tendrán abundante

información en ese sentido. El país se va quedando vacío por dentro y por fuera.

Nosotros seguimos en lo nuestro: ayudando a quienes podemos ayudar. En medidas

extremadamente limitadas, pero valiéndonos de amigos regados por ahí que, en general,

han respondido muy bien. En el área de nuestras actividades, o que lo fueron en otros

tiempos, el desastre es total. A un siglo de aquel que adorna con su efigie todas las aulas

[Julio Castro se está refiriendo a José Pedro Varela], su centenario resulta algo

inenarrable (…).

Seguimos aquí porque todavía somos útiles para algunas pequeñas cosas”.

JULIO CASTRO Y SU OPTIMISMO ESENCIAL

Fuente: Castro, Julio, El banco fijo y la mesa colectiva, (tercera edición),

Revista de la Educación del Pueblo, Montevideo, 1993.

“En este proceso de humanización la educación ha desempeñado un rol

fundamental; no podría ser de otro modo porque en los procesos educativos están las

más altas posibilidades de superación humana”.

““Cada nación es un fin en sí. Cada pueblo toma conciencia de su ubicación en el

mundo y del destino histórico que está llamado a cumplir. La dominación imperial a

control remoto (…) va camino de ser una figura histórica. La inestable situación de los

últimos vestigios que aún subsisten demuestra que el andar del tiempo hacia la

liberación de los pueblos es constante y es, además, irreversible (…).

“A los educadores, la hora presente nos señala deberes y responsabilidades que no

debemos eludir. Es un honroso compromiso (…) que debemos cumplir con dedicación,

con coraje y, sobre todo, con una lúcida visión de las limitaciones presentes y de las

posibilidades que debemos crear y conquistar para construir el porvenir (…).

El proceso moderno hacia el desarrollo es irreversible. Las fuerzas que lo traban

o detienen son antihistóricas y por ello están irremisiblemente condenadas a la

desaparición. Si resisten, la presión del progreso las desbordará. Es una consecuencia

sin alternativa”.