No fue más que la venganza. En 2006 Florida hizo lo mismo. Fue a Colonia, jugó la final del sur y se trajo la copa que ellos se habían aprontado para ganar. “Florida Campeón 2006” decían ayer varias camisetas que tal vez fueron llevadas como cábalas, pero no resultaron como amuleto.
Y no podemos decir ahora que no esperábamos eso. No es nada malo, pero los triunfalismos tienen eso. Uno se apronta para ganar y lo ahogan en un minuto, o en un penal. A primera hora la albirroja se había hecho del campeonato en juveniles de la misma manera. Los penales son una lotería. A veces prima la clase pero no siempre. Hay suerte y otras cosas.
Con poco ritmo, cuidándose las espaldas y sin riesgos, Florida y Colonia salieron a medir fuerzas y no fallar en nada en el primer tiempo. Desde el inicio, Florida apostó a lo que no realizó en otros partidos. El gran “Chico” Ramón parece haber atendido la concentración del equipo pero su rival, Colonia, también apostó a tratar de controlar el juego floridense. Eso también se paga porque alguien tiene que ceder.
Lo que más se apreció fue un constante esfuerzo para desgastar, cortar y evitar las proyecciones que pudiera intentar el descuento del 2 a 1 bien logrado por Florida para asegurarse el campeonato. Los ataques de ambos fueron cuidados y no lograron sorprender a los porteros.
La mayoría de los remates inquietaron por encima de los palos, rebotando en las barreras o perdiéndose cerca de los laterales.
Midiendo fuerzas, con pocas llegadas, y tratando de evitar todos los errores, Florida intento el control del primer tiempo y lo logró, asegurando el “triunfo” por adelantado como en toda la semana previa.
EN JAQUE. El segundo tiempo parecía congelado hasta que a los 21′ Barrotti, tras recibir un magnífico centro, puso de bolea el primero para Colonia. Allí cedió la concentración, los planes y el planteo que se fue de las manos en detalles que no se pudieron hacer a tiempo.
Florida no despertó para poder descontar y el segundo de los rojos no se hizo esperar. Colonia, al igual que los juveniles, vino a dar vuelta el partido de ida y puso el segundo de la mano de Gastón Mignone a los 37. Así, Colonia ya era campeón y comprometía a Florida a tratar de contrarrestar para definir por penales.
Eso sí es de Florida. Salir de atrás, con todo, a atropellar y doblegar al rival. La reacción llegó de la mano del gran goleador floridense Fabián Vázquez que a los 43′, como siempre, fue el más alto de todos para ganarla en el área y meterla en el ángulo izquierdo.
El Campeones Olímpicos explotó y Florida pareció revivir para ir hasta los 49 a tratar de asegurar empate y campeonato. Pero olvidó que este no era cualquier rival. Era uno que no se doblega fácilmente, que es peligroso y aguerrido y que le sobra experiencia en definiciones de sur.
Igual tuvo nervios y a los 45′ perdió a Gastón Mignone por protestar. El único consuelo es que tenían un buen rematante menos, pero a esa hora un juez no muy justo, como en toda final, ya había liquidado el partido y lo envió a otra definición desde los 12 pazos.
Allí la ejecución de tiros penales no favoreció a la albirroja. Colonia llenó el cartón de la lotería con cada tiro y eso, lo hizo bien. Cuanto más cartones llenos, el azar se vuelve peligroso. El último número lo cargo Ivo (Spinelli) que el portero coloniense contuvo para siempre y puso fin a un sorteo para el que compramos más de 5000 boletos pero sólo tenía uno ganador: Colonia.
Y vos qué opinás?
