NBSF ( * ) es un «animal político».

Se las sabe todas. Obnubila y enamora. Excita y subyuga. Atrae y seduce.

También genera rechazo y hasta cierto asco. Pero en menor medida.

Para gran sorpresa de las multitudes, logró derrotar a la gestión Giachetto. Por poquito, pero eso fue inolvidable. Juvenal fue al pasado y pudo ver las caras de júbilo de Vega y Giachetto, festejando en el escalón superior del zaguán antiguo de la IDF, y ratito después su sorpresa y desazón al enterarse de la victoria en el último minuto de los descuentos, de NBSF.

Aquella noche, alguien realizó el camino inverso: fue de la más catastrófica desazón, al alborozo más exultante: WC33 cerró su transmisión prácticamente tirando el micrófono contra el suelo. Al otro día, los ángeles embellecían con sus trompetas celestiales la voz del locutor consagrado en el programa que había heredado del candidato derrotado. El devenir aclaró este misterio misterioso.

Cinco años después, volvió a ganarle NBSF a Giachetto. Pero ahí, por goleada.

Juvenal vio la razón de esta verdadera catarata de votos, en el granizo que ha caído sobre el Altar de la Patria espiado y apajarado.

¿No era que Juvenal leía en los intestinos de las aves? ¿Ahora lee en el granizo, como quien lee en las borras del café del fondo del pocillo? 

Juvenal pasa a explicar: un vecino de la ciudad florida subió su auto a la vereda, en pleno centro, en zona de estacionamiento tarifado, a unos veinte metros de la terminal de ómnibus, frente a cámaras de control remoto, con la finalidad de resguardarlo del granizo. Esa vereda tiene un gran toldo por encima de ella. 

Esa acción, evidentemente censurable, cosechó varias y distinguidas adhesiones. 

Esa forma de reaccionar, de buena parte del pueblo, puede ser la explicación de por qué un grupo político que usa el amiguismo como estrategia fundamental para captar adeptos, llega a ser gigantesco y fortísimo en un ámbito pequeño.  

Si el pueblo está sediento de amiguismo, y lo ve como algo lícito, moral… es claro que un gobierno que se maneja en esa misma lógica, logre mayoría sin mayor esfuerzo. 

¿Se puede revertir tan preocupante y triste panorama? Si fuese esto fácil… terminar con la basura desparramada, las motos transguesoras, los graffitis, los robos y el tránsito caótico sería una papa. 

Pero no. No es nada fácil reencauzar el razonamiento popular cuando está en connivencia con autoridades electivas que se nutren de esta falta de vergüenza y de esta invertida escala de valores. 

Conclusión: cada pueblo tiene el gobierno que se merece, y esperar mejoría, en Florida, en cuanto a la basura, el tránsito, el estado del pavimento y el alumbrado público… es una ilusión ilusoria.

* ** *** ** *

  • NBSF: «Nuestro Benemérito Señor Feudal»