El helicóptero surcó el cielo sarandiense y los habitantes del municipio norte aplaudieron. Cuando el presidente Luis Lacalle Pou llegó a la plaza Gallinal otra vez hubo aplausos.

El alcalde reelecto, Cayetano Stopingi, dijo que desde 2014 cuando José Mujica llegó en campaña, ni en los últimos cinco años de su gestión, se pudo contar con la jerarquía de un presidente en los actos, valor especial que dan los sarandienses. Roger Moran, alcalde en ejercicio, dijo que la acción nunca debió dejarse y agradeció a Lacalle Pou por su presencia. 

Para los habitantes de Sarandí Grande la conmemoración de la batalla es «su 25 de Agosto para Florida». «Hace años que esperaba al presidente acá», se escuchó a una maestra jubilada que luego le solicitó una foto. 

La batalla de Sarandí implicó el enfrentamiento entre tropas del Imperio del Brasil y las milicias independentistas orientales, quienes salieron victoriosas el 12 de octubre de 1825.

El acto fue a los pies del monumento de piedra arenisca sobre base de granito de 41 metros, que el escultor uruguayo José Luis Zorilla de San Martín realizó como alegoría de la batalla. La obra es representada por una mujer indígena en actitud de guerra, semi parada en movimiento de avance, que levanta el brazo izquierdo sobre la cabeza; y en la mano derecha lleva una armadura. Completa el conjunto de la obra un puma que va a su lado acompàñando el movimiento de la figura principal.

Junto a Lacalle Pou estuvo la vicepresidenta Beatriz Argimón. Además de Moran, el ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, cerró la oratoria en representación del Poder Ejecutivo. Y también discursó el secretario general de la Intendencia de Florida, Álvaro Riva.

La intendenta de Florida, Andrea Brugman, y autoridades de los gobiernos nacional, departamental y municipal completaron las primeras filas con distanciamiento. 

Paganini destacó el profundo compromiso de los uruguayos y cómo el uso de la libertad responsable logró encauzar a Uruguay en una nueva normalidad para hacer frente a la pandemia con muy buenos resultados. Recordó la importancia del triunfo de la batalla de Sarandí en el camino a la independencia uruguaya. “Aquel 12 de octubre no existió el miedo al cambio”, expresó para iniciar comparaciones con las luchas de hoy. 

El ministro manifestó que una nación se construye en base a su memoria y a la reproducción de tradiciones que brindan un sentido muy particular de identidad y cultura. “Los orientales tenemos muy integrada la rebeldía de la Cruzada Libertadora y sabemos trabajar en equipo cuando la necesidad toca a la puerta, como ahora”, indicó. Añadió que Uruguay tiene grandes emprendedores y que se debe trabajar como nación para crecer y desarrollarse sin perder la identidad, aprovechando las oportunidades.

“De ese legado de nuestros fundadores es que tenemos que rescatar la capacidad de asumir riesgos y de cambiar para lograr mejores resultados”, señaló.  “En este momento tan particular en el mundo, todos nos reconocen por cómo hemos gestionado una situación compleja con éxito y eso nos abre muchas oportunidades y tenemos que aprovecharlo”, sostuvo. 

En ese sentido, es fundamental, según Paganini, ser capaces de producir para el mundo sin resistencias al cambio, superando obstáculos, innovando, aplicando tecnología y adecuando las formas de trabajo a los tiempos que corren, lo que implica sacrificar algunas seguridades para lograr el desarrollo.

“Debemos lograr un Estado que sea siempre impulsor y que no ponga obstáculos al desarrollo, y en esa dirección vamos”, reflexionó. Al finalizar el acto, el presidente y la vicepresidenta de la República colocaron una ofrenda floral al pie del monumento a la batalla de Sarandí, ubicado en la plaza Gallinal.