Luis resolvió de esa manera: botella congelada, agua y pies al latón. “Cada tanto me mojo las muñecas y la nuca”, dijo después de atender a uno de los tantos clientes que llegaban a su comercio en la calle Saravia.
El calor era insoportable. Un aire caliente, como el que sale de un horno, te rodeaba en las calles hirvientes. Junto a la costa, en el río Santa Lucía Chico, apenas aflojaba. Allí cada rincón del menguado río era ocupado por algún floridense -o acampante ocasional del camping- mientras el bochorno seguía intenso.
Quienes no tenían tal suerte, estaban trabajando. Los repartidores de agua y helados están en su zafra, pero no por ello se libraron de soportar la temperatura récord que no tenía registro desde 1943. Y ni siquiera en Florida, sino en Paysandú.
Héctor, pese al extremo, recorría cooperativas de viviendas dejando agua embotellada. “Claro que siento el calor, mirá”, dijo mostrando su brazo amarronado que recibe pleno sol apoyado en la ventana del camión.
“Un termolar (conservadora) de cinco litros con agua”, contó que fue su alivio en la tarde. Otro repartidor, de helados, se quejaba del alto contraste. “Entrar y salir de cada comercio te mata”, dijo cajas en mano. El mismo calor sentía Juan A., un ciclista floridense que exhortó a cuidarse del sol y aunque no está aconsejada la actividad deportiva intensa durante el fenómeno, sostuvo que «está acostumbrado».
A las 15 horas, el jefe local de Inumet, Luis Martínez, confirmó los más de 40 grados que siguieron elevándose hasta el récord. “Hubo 40 desde el mediodía”, contó en un amplio registro de cada horarios en días y noches que llegaron a los extremas con hasta 30° en plena madrugada.
El mismo día hubo otro récord: de incendios. Los Bomberos confirmaron por lo menos siete focos ígneos, en su mayoría incendio de campos pero también camiones y por tendido eléctrico. Uno de ellos, incluso, generó alarma por la cercanía de la Planta de Explosivos del Ejército, ubicada en ruta 56, aunque fue extinguido a casi un kilómetro.
Soldados, voluntarios, vecinos, los propios efectivos del fuego, policías y hasta choferes de camiones y cisternas se movilizaron en pocas horas y en diferentes lugares atacando diferentes frentes de calor.
El jefe del Cecoed, Cono Arrúa, contó fue un día intenso, más allá de las temperaturas y destacó a cada uno de los responsables de las unidades que se desplegaron en tiempo y forma para atender cada situación.
Florida espera no volver a tener este registro o al menos, que sea dentro de 79 años más.