TRASLADO¦ACTUALIZADO

Tras una marcha por las principales calles de la ciudad de Florida, los restos del general Timoteo Aparicio ya descansan en paz en su tierra.

»Vea la galería de imágenes de la llegada de los restos.

En un panteón rodeado por más de trescientas personas, bajo el grito
de ¡Viva la Patria! y entre proverbiales discursos, los restos del
General Timoteo Aparicio reposan al fin «en su tierra querida».
“La paz es el destino mejor de los seres humanos y las sociedades, en
base al respeto, la mejor educación y oportunidades de prosperidad
para todos. Y a esa causa fue a la que sirvió el General Timoteo
Aparicio que hoy descansa en paz”, exclamó el Presidente del
Directorio del Partido Nacional, Dr. Luis Alberto Lacalle.
La oratoria llegó tras una larga marcha desde La Paz encabezada por
más de un centenar de jinetes que descubrieron placas, mojones y
memorias de los históricos puntos en donde se sembró la Revolución de
la Lanzas y sus consecuencias.
“El fin verdadero de la lucha política es que somos soldados para la
paz”, siguió Lacalle que llamó a extraer las lecciones de un pasado
que “no es para nada viejo ni trasto de desván”.
“Es algo vivo, palpitante, que enseña que no hay nada conseguido para
siempre, y que no hay que dormirse ni quedarse en la defensa de
determinados derechos que se defienden ejerciéndolos”.
Lacalle reafirmó a Timoteo Aparicio como el “sembrador de una semilla
en una terrible mitad del siglo XIX,  en donde levantó una bandera por
causas que iban mucho más lejos que reclamarle al gobierno del General
Lorenzo Batlle libertades y respetos para la opinión ajena y distinta.
Estas revoluciones nuestras no eran para sustituir al gobernante. No
iban los nuestros en busca del poder, no ofrecían su vida por esa mira
siempre estrecha de ambicionar poder y tenerlo por vías de las armas,
venían simplemente a decir que se respetara la opinión de cada uno”.
Para Lacalle, el aporte del caudillo fue también el de la única
“fuente de legitimidad que aprendimos a aceptar y que nuestro partido
desde la oposición construyó respetando resultados adversos”.
El ex presidente llamó a todos los partidos a “extraer” del pasado
“las lecciones de custodia de los derechos y de la libertad”.
“Ya hicimos las pruebas dolorosas en el pasado. Ahora tenemos que
constituirnos civiles y militares, blancos, colorados, frentistas,
independientes, ciudadanos sin afiliación en defensores de las leyes y
del derecho”.
El derecho, recordó, “concede legitimidad a todos, mayoría y minoría,
los que están de acuerdo y los que no están, ese es el mayor homenaje
que podemos y debemos brindar y no de palabra sino de corazón a un
general de ejército pero también a un revolucionario”.
Lacalle recordó las batallas de Timoteo Aparicio y comparó, que las
actuales aunque no cruentas, defienden los mismos principios. “Que se
sepa en todo el territorio desde aquí y mediante mi humilde voz, que
en la tierra oriental nunca más nadie podrá oponerse a los derechos de
nadie”.

MÁS QUE RESTOS. “La emoción de que en el brazo derecho tenía una
hendidura hecha por los músculos mucho más notable y que coincide con
una persona que manejó la lanza”, fue uno de los argumentos más
llamativos de la presentación del trabajo de investigación y
reconocimiento de los restos del caudillo que estuvo a cargo de los
Dres. Guido Berro y Alicia Lusiardo, acompañados por el historiador
Eduardo Rosas en la Asociación Rural de Florida.
“Mi abuelo dice que fue lancero de Timoteo”, entonó ayer Luis Alberto
Lacalle, ante el panteón para destacar la presencia del cantor
vernáculo Eustaquio Sosa que acompañó las presentaciones.
Con lágrimas en los ojos, Fernando Borjas dirigió el sulky que entró a
Florida y llegó al monolito de los “Heroicos Defensores” fusilados en
ese lugar el 4 de agosto de 1864.
“Lloro porque son cosas demasiados profundas, fuertes para llevarlas
dentro del corazón y a veces las palabras no alcanzan”, dijo el
arriero de la urna.
Desde la puerta de la sede del Instituto del Niño y Adolescente del
Uruguay (INAU) el presidente de la departamental blanca Carlos Pérez
D’Auria recordó: “Lorenzo Batlle venía aquí a conversar con Timoteo y
acordaron muchas cosas que hicieron posible el Uruguay de hoy”, en la
casona en donde la placa recuerda ahora que el general vivió allí
desde el año 1872 hasta meses antes de su muerte.
“La casa fue hipotecada para la causa y es un ejemplo que todos
tendríamos que seguir”.
La llegada de la caballada al cementerio resaltó en gran simbolismo.
“Timoteo no fue un caudillo más. Englobó el sentimiento de la campaña
a pesar de que no era entendido en la capital.
Hoy se hace justicia y el general vuelve a sus pagos en la gran patria
chica y lo tenemos de vuelta entre todos los floridenses”, dijo el
intendente de Florida, Carlos Enciso.
Denominado como el panteón al soldado desconocido, y dedicado a los
inmolados en las guerras civiles, ahora el lugar sumó dos placas para
destacar la presencia del general.
“Por fin Timoteo está en el lugar que le corresponde. Este es un punto
inicial para que los valores éticos y morales por los que luchó sean
ahora eternos para nuestra juventud”, dijo a El País James Coubro,
bisnieto del caudillo.
Ayer, el historiador Jorge Pelfort también recibió un homenaje por su
tarea cumplida.
“Esto no ha sido un capricho, fue un mandato de la historia que nos
dice que la gente y nuestros héroes tiene que estar rodeado de quien
los quiere”, dijo el presidente de la Comisión de Héroes del Partido
Nacional, Guillermo Seré al entregar una placa a Pelfort.
“No hice otra cosa que hacer lo que mi conciencia me dictaba y estoy
tranquilo por eso”, reseñó el historiador emocionado.
Carlos Julio Pereira, Guillermo Morell, Andrés Arocena y otras figuras
fueron destacadas por su aporte al traslado.
Recordando que en la campaña de 1870 el teniente primero Carlos
Lacalle Areta, su bisabuelo, participó activamente, Lacalle puso fin
al acto que comenzó lejos.
“Terminemos gritando lo que ha todos nos une: ¡Viva la Patria!”