

Gracias a su sensibilidad, las “gentes como uno” han podido continuar con su intensa vida social.
Una pena. Desde las ventanas del gran salón donde tuvo lugar el ágape, algunes desubicades, a caras descubiertas, vociferaban en contra de estas reuniones tan simpáticas como divertidas. Lucían estas ofensivas remeras. Por suerte, vino y actuó presta la Nueva Republicana Pompística. Gracias Larrañaga. No renuncies nunca.
