La Unidad Nº 19 de Florida ampliará su capacidad de 226 a 500 plazas con el cierre de la cárcel de Flores. Los privados de libertad de ese departamento llegan a una unidad modelo donde es obligación trabajar, estudiar y hacer deportes.

Lo que ahora ya se toma como un centro de rehabilitación cuenta con un modelo novedoso donde todos los reclusos trabajan, estudian y hacen deporte.

“Y no es ‘o’ sino ‘y’. Porque no hay otra forma. No es una cuestión de opción sino que todos tienen que hacerlo porque sin esas características no tiene el perfil para estar acá”, dijo el director de la unidad, Omar Vera.

Entre los 226 privados de libertad hay 24 mujeres, tres mujeres trans y cuatro niños que pasan la mayor parte del tiempo con sus madres dentro del recinto.

“Y no es ‘o’ sino ‘y’. Porque no hay otra forma. No es una cuestión de opción sino que todos tienen que hacerlo porque sin esas características no tiene el perfil para estar acá”.

Actualmente trabajan entre el lugar entre 40 y 50 efectivos entre operadores y guardias.

Convenios con la intendencia y con más de una decena de empresas e instituciones públicas y privadas permiten cursos, talleres y salidas laborales. Por lo menos una decena de los reclusos salen a trabajar. Además, elaboran parte de su comida con lo que cultivan y tiene un amplio vivero que utilizan para la siembra de plantas y flores que embellecen el lugar.

Según explicó Vera, los reclusos que llegarán de Flores se sumarán a la misma modalidad.

El Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) viene siguiendo de cerca el funcionamiento y designó a Vera a cargo de la Unidad N° 6 de Punta de Rieles.

“Este cambio nos va a permitir trabajar con otro tipo de población y otro modelo de progresividad”.

La iniciativa valió premios a la institución.

Carlos Otaiza, subdirector técnico del centro carcelario, indicó que el INR le dio dos distinciones a nivel nacional por las tareas que se llevan adelante y por la gestión de la unidad a nivel interinstitucional.

«Nuestra gestión se basó en estudiar, en trabajar, en que los privados de libertad tengan buena salud y una buena alimentación y hagan deportes», explicó a su vez la subdirectora administrativa del centro, Malena León.

BIBLIOTECA

La unidad también incentivó la lectura de sus privados de libertad con un importante aumento, según el movimiento de libros entre julio de 2019 y el mismo mes en 2020. 

Solo en ese período, se movieron 3700 libros con un aumento de lectores de 139 a 288 entre el primer y el segundo semestre.

Además, la unidad recibió varios donativos de libros, uno de ellos de 540 ejemplares. 

En promedio, de la población en el lugar, al menos 10 se realizaban una lectura constante todos los días.